La soledad

Leyendo lo que escribió Cristóbal la semana pasada me quedó dando vueltas el tema de la soledad hacia la que a pasos agigantados parece que vamos avanzando. La humanidad completa. Todos. Sin darnos cuenta.

En esa búsqueda por diferenciarnos y separarnos y distanciarnos vamos perdiendo aquello que nos convierte en humanos, lo que nos constituye en sociedad. Separándonos y poniendo fronteras entre nosotros y los demás vamos rompiendo esa relación que debe darse entre todos para poder hacernos sociedad. Esa que se forma con el diálogo con otros, diálogo que se enriquece con la diferencia, con la pluralidad, con las distintas gamas de colores.

Pero nos alejamos. Sin darnos cuenta. Porque esa distancia no se pone sólo consciente. También se da cuando no miramos al otro, cuando le hablamos sólo porque lo necesitamos. Convirtiéndose la relación en utilitaria -hasta cierto punto.

¿A qué viene todo esto? pueden estarse preguntando.

Viene a que hoy abrí mi correo y tenía un mensaje de un amigo que nos hicimos allá. Era un saludo para saber cómo estábamos, qué se contaba. Y mientras leía me cayó la teja: ¡nunca le había escrito!, desde que volvimos no le había escrito nada de nada. Y me sentí pésimo, porque fue una muy buena ayuda mientras estuvimos allá. Nos llevaba a pasear, nos llamaba casi todos los días para saber de nosotros, nos presentó a su familia. Y yo simplemente lo borré de mi cabeza cuando llegué a Santiago.

Y eso es algo que no puede pasar. Porque no está bien. Y me pongo como tarea desde hoy en adelante no volver a hacerlo. No dejar para otro momento el contacto con la gente. "People matters" escuché en una serie de esas a las que soy adicta, y como importan, como uno mismo se siente importante, es tarea de cada uno no olvidarnos del resto. Y al no olvidarnos, al no olvidarme, podemos poner un pequeño grano para no quedarnos solos, para aumentar la interconexión, para que la globalización sea eso realmente y no dejemos de ser humanos.

Ahora mismo respondo el mail.


por Pola

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