Y llovía y llovía

Cada vez que llueve en Santiago, la ciudad se inunda. No faltan los comentarios de la gente, en los que me incluyo, alegando de cómo es posible que año tras año pase lo mismo. Que siga siendo noticia que caen tres gotas y se tapan alcantarillas y se inundan las calles.
La frase típica que se escucha es: “solo en Chile pasa esto”.

Bueno… nosotros tuvimos que ir tan lejos como al Cáucaso para comprobar lo contrario. En Bakú, Azerbaiyán, también pasa.

El primer día en Bakú nos recibió una lluvia torrencial. En pocos minutos cayó bastante agua… y las calles se inundaron. Eran ríos enormes que corrían dejando a la gente aislada en las esquinas sin sabe donde ir.
Algunos, ya sea por apurados o valientes, se sacaron los zapatos y se arriesgaron a cruzar. Si saber donde pisaban o que había en el fondo, “caminaron” a sus trabajos.

Mursal, un amigo que conocimos ese mismo día 5 minutos antes de enfrentarnos a la caótica ciudad, estaba bloqueado. No sabía que hacer. Se disculpaba diciendo que era la primera vez que algo así pasaba en la ciudad y que por eso nadie sabia que hacer.
Todos figuraban parados mirando el agua correr, como esperando que algún milagro sucediera. No hubo milagros… solo que eventualmente el agua fue absorbida por las colapsadas alcantarillas y solo el barro y las ramas quedaron adornando las calles que antes eran ríos.

Mursal nos llevo al diario donde trabaja y nos mostró como la noticia estaban en todas las páginas de noticias de Azerbaiyán. La gente no lo podía creer.
Con la Pola mirábamos a Mursal, que intentaba disculparse por la desafortunada bienvenida, con un poco de risa. Intentábamos explicarle que lamentablemente para nosotras este tipo de eventos no eran tan lejanos y desconocidos. No saben la cara que puso cuando le contamos que incluso existe un mercado informal de triciclos que salen a las calles en los días de lluvia para cruzar a la gente de lado a lado.

Más adelante, un arquitecto nos explicó las razones de la inundación en Bakú. De como el nuevo boom de la construcción mal planificada ha hecho que la ciudad crezca sin aumentar la infraestructura para soportarlo. Pero este es otro tema interesante que les contaré en un próximo post.

Por el momento, solo recordar en un día lluvioso como el de hoy, que esta fue una de las varias cosas (algunas felices y otras no) que nos hicieron sentir que pese a la distancia geográfica y cultural, no somos tan distintos a los países del Cáucaso.
Solo espero que frente a la adversidad climática los azeríes sean tan creativos como los chilenos.
Quién sabe, a lo mejor Mursar puede partir con una PYME el próximo invierno.

Por Cata

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por recordarnos que al otro lado de la cordillera y del óceano, hay ciudades como la nuestra donde las calles se inundan cada vez que llueve, donde se vibra con el fútbol (hasta a mi me gusta con el partido del fin de semana), donde aunque luchemos contra el imperialismo yanky, las papas fritas siguen siendo nuestra comida favorita. Gracias porque este proyecto nos ayuda a dejar de mirarnos, por unos minutos el ombligo!!
Un abrazo,

Lore Carvacho

pd.Cuando viene un nuevo evento?

Anónimo dijo...

Hola!!

Me morí de la risa cuando nombraron lo de los triciclos, se me vino a la mente la típica noticia en el Buenos Dias a Todos con el periodista entrevistándolos con trajes de agua amarillo... jajajaja

En todo caso parece que estamos peor que el lugar que fueron ustedes, lo de las inundaciones son cosa de todos los años acá en Santiago, y la verdad es que no tienen para cuando acabar.

Un abrazo a todos y sigan contándonos más travesías!

saludos...

Magdalena

Anónimo dijo...

pobrecito, todo complicado, con lo normal que es para nosotros que se inunden las calles, eso si, a lo mejor es bueno, asi tenemos los super triciclos preparados.

Alguien se podria inventar unos zapatos con flotadores, serían increíbles para cruzar la calle, y blanditos más encima.

Anónimo dijo...

Familia Cáucaso:
Sería bueno que le indicaran a Mursal, que esos "triciclos" tienen varios usos:
Invierno-Lluvia: trasladan gente
Invierno-Frio: venta de "echarpes" y camisetas y paraguas
Verano-calor: venta de helados
Fuera del Estadio: "sanguruchos"
Primavera: Volantines
La lista es infinita...
No han pensado ustedes crear una PYME y darles asesoría?... podría ser una alternativa.
Un beso. Paulina